La corporación cancerígena Monsanto ya está instalada en toda Sudamerica. Pero el presente es un informe especial centrado en el mercado de agroquímicos en Argentina y Brasil. Las
empresas trasnacionales como Monsanto, Down, DuPont, Syngenta, Cargill y otras,
se benefician en millones de dólares mientras provocan la contaminación de la tierra y destruyen la salud de millones de personas y animales. Al igual que la presidente de Argentina Cristina Fernández Wilhelm, la terrorista, comunista, partícipe de la construcción del Nuevo Orden Mundial y según el portal JTA, la favorita de la comunidad judía en Brasil, pacta con las genocidas multinacionales sionistas y estos son los resultados
Pese a la acumulación de evidencias respecto de su
toxicidad, y la multiplicación de casos de personas afectadas por mantener
contacto directo o indirecto con estos productos, el mercado de agroquímicos
sigue en expansión en la Argentina y pese al cambio en la demanda la
facturación garantiza cada vez más millones a los actores del sector.
En los últimos días, este autor accedió a un monitoreo de la
consultora Pampas Group que, basado en los números comerciales de las empresas
que integran la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), revela
que en el último año el negocio de vender químicos creció 3% respecto de 2012,
asegurándole a Monsanto, Dow, Syngenta y compañía una facturación superior a
los 2,500 millones de dólares.
El trabajo en cuestión, acercado por especialistas del
Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (CELMA), arroja conclusiones contundentes
acerca de la pérdida de efectividad del glifosato –que, aun así, representa el
65% del total de plaguicidas que se vierten en el país–, el incremento en la
demanda de otros herbicidas “por la creciente presión de malezas resistentes”,
la aplicación de formulaciones cada vez más potentes, y el uso ampliado de dos
insecticidas en particular: flubendiamide –fabricado por Bayer, y
comercializado bajo la etiqueta “Belt 48 SC” –, y rynaxypir –DuPont lo ofrece
con la identidad “Coragen”–.
Pampas Group revela que en 2013 disminuyó la cantidad de
litros pulverizados en la Argentina –poco más de 281 millones en contraposición
a los 317 de 2012–, pero vincula ese descenso no a la decisión de proveedores,
productores o gobiernos, sino al peso de un factor climático: la fuerte sequía
que se extendió hasta bien entrada la primavera pasada, y que habilitó el
ahorro del agroquímico que tradicionalmente se fumiga en la etapa de barbecho.
Otro aspecto que expone el informe radica en el uso de
compuestos cada vez más peligrosos. Así, mientras que en 2012 la aplicación en
los campos de la Argentina de productos Clase Toxicológica II era de un 12%, la
industria ahora reconoce que esa marca que distingue a los químicos nocivos ya
alcanza al 16 por ciento. El incremento en cuestión se da en detrimento de los
productos Clase IV –aquellos que las empresas definen como inocuos, pese a que
abundan los reportes que revelan lo contrario–, cuya demanda bajó un punto de
un año a otro (79% de 2012 a 78% en 2013).
Pero, más allá de estos datos –que este autor expondrá más
abajo mediante diferentes gráficos–, lo alarmante que transmite el relevamiento
de Pampas Group deviene de los tipos de cultivos que se desarrollan hoy en el
país y cómo ninguno escapa a un sistema de producción basado en la aplicación
de agroquímicos.
Así, las fumigaciones con plaguicidas alcanzan a la
siguiente nómina de productos agrícolas:
• Algodón
• Arroz
• Caña de azúcar
• Cítricos
• Frutales de carozo
• Frutales de pepita (manzana, pera)
• Girasol
• Hortalizas
• Maíz
• Maní
• Papa
• Pasturas
• Arándano
• Poroto
• Soja
• Tabaco
• Trigo
• Cebada
• Vid
• Granos almacenados
Los millones del negocio
Aunque la relevancia en términos de impacto sanitario
mantiene un vínculo directo con el tipo y la cantidad de litros de agroquímicos
aplicados, para las empresas proveedoras la relevancia del mercado argentina se
ajusta directamente a los niveles de facturación que asegura el agro local.
En ese aspecto, el monitoreo de Pampas Group destaca que
sólo el glifosato aseguró al sector una facturación por encima de los 1.000
millones de dólares. Detrás de este compuesto se ubican los denominados “Otros
herbicidas”; categoría que no hacen más que reemplazar nombres de probada
toxicidad como 2,4-D, atrazina o diclosulam.
El siguiente cuadro revela cómo se divide la facturación por
sustancia:
Ahora bien ¿qué ocurre con las cantidades? ¿Cómo se divide
la torta en términos de litros o kilos? La imagen a continuación confirma que
el glifosato, con más de 182 millones de litros volcados a los campos de la
Argentina, lidera con comodidad el consumo que llevan a cabo los productores:
Litros y dólares
El informe al que accedió este autor refleja que en el
último año se pulverizaron menos litros en la actividad agraria aunque, como se
expuso en el exordio de texto, esto ocurrió como consecuencia de la extensa
sequía.
A continuación, cómo viene evolucionando el uso de
agroquímicos en el país:
Por supuesto, la menor aplicación lejos está de menguar la
ganancia económica de los proveedores. Muy por el contrario, las empresas del
segmento obtuvieron durante 2013 la mayor facturación de los últimos quince
años.
Para ser más claro, desde el ingreso de la soja transgénica
en el sistema agrícola del país y más allá de los cambios de gobierno o
avatares de la macroeconomía, no hubo un solo período en el que las compañías
no registren números económicos en alza.
El detalle:
Compuestos y etiquetas que facturan
En lo que hace a los compuestos y sustancias con mayor
demanda y que, por ende, garantizan mayores dividendos a los privados,
glifosato, 2,4-D, atrazina, diclosulam y cletodim, todos herbicidas, integran
el “top 5” de productos más rentables.
Detrás se ubican la combinación azoxistrobina +
cyproconazole (fungicida), rynaxypyr (insecticida), haloxifop (herbicida),
clorpirifos (insecticida), y flubendiamide.
El detalle, con sus facturaciones acumuladas:
Trasladado a marcas y fabricantes, los nombres de los grandes
ganadores son conocidos: el producto más vendido en la Argentina es el
Sulfosato Touchdown, el glifosato de Syngenta, pero apenas detrás se ubican el
Roundup Ultramax y el Roundup Full II, ambos de Monsanto.
Dow es la poseedora del cuarto plaguicida más vendido: su
formulación de glifosato Panzer Gold. Luego le sigue el glifosato Atanor II –de
la firma homónima–, el herbicida Spider (de Dow, basado en diclosulam), el
glifosato Power Plush II de Atanor, el 2,4-D Herbifen Super de la misma
empresa, el fungicida Amistar Xtra de Syngenta, y la atrazina Bicep Pack Gold
también desarrollada por el fabricante antes mencionado.
Volcados a un listado:
Peligrosidad creciente
El relevamiento de Pampas Group, basado siempre en lo
declarado por las proveedoras que integran CASAFE, deja en claro que en el agro
argentino se utilizan agroquímicos cada vez más tóxicos.
Al respecto, los números del último período revelan que los
plaguicidas nocivos (clase II), ya representan el 16% del total de sustancias
que se aplican. En 2012, el indicador alcanzaba al 12 por ciento. Al mismo
tiempo, los compuestos de menor peligrosidad bajaron del 79 al 78 por ciento en
la estadística total de químicos utilizados.
Expuesto en un gráfico, el escenario es el siguiente:
En sus conclusiones, el relevamiento también hace referencia
al incremento en la demanda de formulaciones más potentes del pesticida que
presenta mayor demanda: el glifosato.
Pampas Group explica que hay “una caída de cantidad del 25%
respecto de 2012 en productos de concentración de 360 Gs/Litro (comúnmente
denominado ‘genérico’), mientras que en el subsegmento de glifosato formulación
‘líquida’ con concentración superior de 360 Gs/Litro el incremento fue del
3%…”.
“Se sigue manteniendo la tendencia de consumo de productos
de mayor concentración…”, indica el trabajo.
No existe agricultura sin químico
Por último, la medición pone al desnudo la consolidación en
la Argentina de una estructura de producción agrícola que, basada en la
aplicación sistemática de agroquímicos, prácticamente ya no excluye a ninguna
variedad de cultivo.
Con la soja a la cabeza, los pesticidas hoy se utilizan para
producir desde maíz hasta peras, pasando por trigo, cebada, girasol, maní, caña
de azúcar o naranjas. Poroto, tabaco, vid, papa, algodón, arroz, manzana,
frutales de carozo, y hortalizas, son otros de los productos surgidos de la
tierra que acumulan litros de agroquímicos cada año.
¿Cómo se reparte esta utilización de químicos? Las
proporciones, medidas en litros:
Para el final, la ganancia que este sistema ajustado al uso
indiscriminado de plaguicidas le asegura a las empresas. Todo, medido en
dólares y, por supuesto, detallado cultivo por cultivo:
Y BRASIL NO SE QUEDA ATRÁS.....
Brasil es el campeón mundial en el empleo de agrotóxicos en
el cultivo de alimentos. El país consume cerca del 20% de los pesticidas
fabricados en el mundo: mil millones de litros por año (¡5.2 litros por cada
brasileño!).
Y al récord cuantitativo se le añade el drama de que en Brasil se
autoriza el uso de las substancias más peligrosas, prohibidas ya en la mayor
parte del mundo porque causan daños sociales, económicos y ambientales.
Los estudios científicos comprueban el impacto de esas
substancias en la vida de los trabajadores rurales, de los consumidores y demás
seres vivos, revelando cómo desarrollan enfermedades tales como cáncer,
trastornos neurológicos y malformación fetal, entre otras. Por ejemplo aumenta
la incidencia de cáncer en los niños. Según la oncóloga Silvia Brandalise,
directora del Centro Infantil Boldrini, de Campinas (SP), los pesticidas
alteran el DNA y causan carcinogénesis.
El poder de las transnacionales que produce agrotóxicos (una
docena de ellas controlan el 90 % de todo lo producido en el mundo) permite que
el sector garantice la autorización de dichos productos dañinos en los países
menos desarrollados, a pesar de haber sido prohibidos en sus países de origen.
Las investigaciones para que las autoridades den el permiso
analizan solamente los efectos de cada pesticida aisladamente. Pero no hay
estudios que verifiquen la combinación de esos venenos que se mezclan en el
ambiente y en nuestros organismos a lo largo de los años.
Es insostenible la afirmación de que la producción de
alimentos, basada en el uso de agrotóxicos, es más barata. Al contrario, los
costos sociales y ambientales son incalculables. Sólo en tratamientos de salud
se estima que, por cada dólar gastado en la adquisición de pesticidas, se gasta
1.28 dólares en cuidados médicos necesarios. Cuenta que pagamos entre todos.
El modelo monocultivador, basado en grandes propiedades y
utilización de agroquímicos, ni resolvió ni va a resolver la cuestión del
hambre mundial (872 millones de desnutridos, según la FAO).
Dicho sistema se perpetúa con la expansión de las fronteras
de cultivo, pues ignora la importancia de la biodiversidad para el equilibrio
del suelo y del clima, haciendo que las áreas utilizadas se degraden con el
transcurso del tiempo. Y crece porque se siguen incorporando nuevas áreas,
aumentando la destrucción ambiental y el éxodo rural.
En un planeta finito, asolado por crecientes desequilibrios,
la tierra fértil y saludable es cada vez más preciosa para garantizar la
sobrevivencia de tantos millones de personas.
Por desgracia no hay término medio en este sector. Es
imposible garantizar la calidad, la seguridad y el volumen de la producción de
alimentos dentro de ese modelo degradante. No hay cómo incentivar el uso
correcto de pesticidas. Eso no es viable en un país tropical como el Brasil, en
que el calor hace que las ropas y equipamientos de seguridad, necesarios para
las aplicaciones, se conviertan en una tortura para los trabajadores.
Hay que buscar una solución en la transición agroecológica,
o sea en el cambio gradual y creciente del sistema actual a un nuevo modelo
basado en el cultivo orgánico, manteniendo el equilibrio del suelo y la
biodiversidad, y redistribuyendo la tierra en parcelas menores.
Eso facilita la rotación y el consorcio de culturas, el
combate natural a las plagas y el rescate de las relaciones entre los seres
humanos y la naturaleza, priorizando el clima y las especies locales.
Existen muchas experiencias exitosas en nuestro país y en
todo el mundo, que comprueban la viabilidad de ese nuevo modelo. Incluso en
asentamientos de la reforma agraria hay ejemplos de cómo promover la calidad de
vida, la justicia social y el desarrollo sustentable.
Para fomentar ese debate y exigir medidas concretas por
parte del poder público se creó, en abril del 2011, la Campaña Permanente
contra los Agrotóxicos y por la Vida. Participan en ella cerca de 50
organizaciones, como la Vía Campesina, el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor
(IDEC), la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (Abrasco) y la Federación de
Trabajadores de la Rama Química de la CUT de São Paulo (Fetquim). Vea
www.contraosagrotoxicos.org
Esta campaña trata de conquistar una auténtica soberanía
alimentaria, para que el Brasil deje de ser un mero exportador de commodities
(generando grandes beneficios para una minoría e inmensos daños para toda la
población), y convertirse en un territorio en que la producción de alimentos se
realice con dignidad social y en forma saludable.
La otra opción es seguir engañándonos con los falsos costos
de los alimentos, envenenando nuestra tierra, reduciendo la biodiversidad,
promoviendo la concentración de la riqueza, la socialización de los perjuicios
y la creación de hospitales especializados en el tratamiento del cáncer, tal
como sucede en Unaí (MG), donde se multiplican los casos de esa gravísima
enfermedad debido al cultivo tóxico del poroto (frijol).
*Frei Betto es escritor, autor de "El amor fecunda el
universo. Ecología y espiritualidad”, junto con Marcelo Barros, entre otros
libros. www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
ESTUDIOS SOBRE LOS
PESTICIDAS EN BRASIL
MUESTRAN LA GRAVEDAD DE
LA SITUACIÓN
Por Cristina Tordin
La imagen de la contaminación ambiental por pesticidas y
nitratos de origen agrario en Brasil desde 1992 hasta 2011 fue analizada por
los investigadores de Embrapa Medio Ambiente (Jaguariuna, SP) y Marco Gomes
Robson Barizon, disponible para su descarga AQUÍ
Según los autores, "el objetivo era conseguir un
diagnóstico más cercano a la realidad sobre la presencia y la contaminación del
suelo y del agua para servir como advertencia, y sobre todo, para apoyar las
iniciativas destinadas a controlar el
uso racional de estas sustancias. La publicación también presenta varios
informes en las cinco regiones de Brasil, con énfasis en las zonas rurales, a su vez, se refiere a la necesidad de reflexión y la toma de medidas con el fin de evitar que se convierta en crítica".
Sudeste
Los estados de São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro son
las más presentes en los casos de utilización de los organoclorados, aunque se
prohibieron hace unos años en Brasil, en el estado de São Paulo, estudios en sedimentos de 11 ríos en la región
central, identifican la presencia de 16 organoclorados.
En cuanto al estado de Minas Gerais, un estudio en Viçosa
reveló la presencia de organoclorados BHC y DDT en los sedimentos del Ribeirão
São Bartolomeu, además de la presencia de epóxido de heptacloro, endrina y DDT.
Un estudio en Tierras del Parque Estatal de Alto Ribeira (Petar),
ubicado en el Valle de Ribeira, analizó muestras de agua, sedimentos y peces en
la temporada de lluvias en enero de 2000 y los resultados indicaron que la
fauna de Petar está expuesta a diferentes pesticidas que son disueltos en el agua
presente en el sedimento, de los 20 detectados siete resultaron ser altamente
tóxicos para los peces y otros organismos acuáticos.
En el estado de Río de Janeiro las actividades agrícolas se
concentran en la región montañosa, con la presencia constante de pesticidas y de
riesgo de contaminación en el medio ambiente. Otro estudio encontró
concentraciones de plaguicidas anticolinesterásicos en cantidades de hasta ocho
veces por encima del límite permitido por la legislación brasileña en dos
puntos de un importante curso de agua regional.
Pero cuando se trata de acuíferos más superficiales, tales
como Bauru, es donde los riesgos de
contaminación directos son altos.
Región Sur
En el estado de Rio Grande do Sul, los estudios muestran la
presencia de glifosato en los campos de agua con arroz, las concentraciones en Laguna Merin están por
encima del valor máximo permitido por la Agencia de Protección Ambiental de
EE.UU. (USEPA). Otras regiones de cultivo de arroz también tienen residuos de
plaguicidas en todas sus aguas y también aparece la presencia de pesticidas en al
menos un lugar en aguas subterráneas. En las regiones del interior Coastal
Lagoon Llanura Patos y Santa Catarina se puede comprobar que todas las muestras
supervisadas contenían la presencia de al menos un pesticida; regiones del West
Frontier, Depresión Central y la llanura costera exterior de la Laguna Patos mostraron 89% de las muestras contaminadas y las regiones de Campania y el sur de Rio
Grande do Sul tuvo 78 y 63%, respectivamente, contaminados con al menos un
pesticida.
Norte y Nordeste
En la región amazónica, el deterioro de la calidad del agua
de una manera integral, está directamente relacionada con la posibilidad de
avance en la agricultura con un uso más intensivo de agroquímicos,
especialmente en la soja.
En la región norte los riesgos de contaminación de las aguas
subterráneas se concentran principalmente en la parte noreste de Pará, donde el
monocultivo de soja avanza sobre todos los tipos de suelo. Este escenario
coloca el Acuífero Itapecurú en un estado de alerta ya que las condiciones
actuales de la ocupación y la gestión de la tierra indican posibles
interferencias. Aún en el estado de Pará, hay un escenario preocupante, en la
región de Igarape Acu-, específicamente en la cuenca del Igarapé Cumaru, que
utiliza un significativo control de carga sin pesticidas, muchos de ellos tienen
un alto potencial de lixiviación y se transforman en compuestos más tóxicos que
las moléculas originales. El trabajo en la región de Igarape-Acu, por ejemplo,
indicó que el insecticida/acaricida dimetoato puede alcanzar la capa freática y
poner en peligro la calidad del grupo de acuíferos de agua subterránea.
En el noreste, el escenario se vuelve aún más crítico,
debido principalmente a la producción de frutas de exportación para los
sistemas que abarca toda la región del Vale do São, Cuenca Baja del Río
Francisco. Otra área que merece atención es la aparición de sustancias en los
acuíferos Serra Grand y Poti-Piauí. En Bahía, el escenario más crítico se
relaciona con el acuífero Urucuia, al oeste del estado.
Región del Medio Oeste
Con respecto a las aguas subterráneas se consideraron tres
zonas. La primera se refiere a las partes del Acuífero Guaraní que recarga el
Araguaia. El segundo, ubicado en el estado de Mato Grosso, con una disminución entre el 40 y el 50% del
contenido de materia orgánica de los suelos cultivados en comparación con suelos
vírgenes debido al uso y la gestión de tóxicos por más de 12 años en las
cabeceras del río Paraguay (Alto Pantanal). Al mismo tiempo, estas áreas se
sometieron a cultivo intensivo tanto de fertilizantes como de pesticidas.
Además, esta región también presenta riesgos considerables para las aguas
superficiales. Diferentes ingredientes activos se han detectado en las muestras
de la región de la cuenca del noreste.
La tercera región se encuentra en la parte oriental del
estado de Mato Grosso, donde se destaca la posibilidad de contaminación de las
aguas superficiales y subterráneas en la zona agrícola de Primavera do Leste.
Los estudios llevados a cabo en las áreas bajo cultivo intensivo de algodón,
maíz y soja indicaron la presencia de algunos herbicidas en el agua subterránea
utilizada para el consumo humano.
"Por lo tanto, parece que los residuos de pesticidas y
nitratos a menudo se detectan en estos escasos monitoreos. En casos más
reportados, las concentraciones encontradas tanto en los organismos del suelo o
del agua, generalmente se encontraban por debajo de los valores críticos
establecidos por Europa y las agencias ambientales de Estados Unidos.
Sin
embargo, los resultados deben ser analizados con cautela, ya que, como ya se
destacó, la información disponible no permite establecer un pronóstico firme
sobre el suelo y el agua por agroquímicos.
Insinuaciones
Importantes avances en el entorno regulatorio se produjeron
en esos 20 años posteriores a Río +, destacando la publicación de la Ley 9974
del 2000, que establece las directrices para la recogida de envases vacíos de
plaguicidas y la promulgación del Decreto 4074 del 2002, que reglamenta la Ley
7802 / 89, un documento legal que abordó temas relevantes relacionados con la
salud humana y la protección ambiental, con énfasis en la creación del Sistema
de Información de Pesticidas (CIS), la introducción de los productos
equivalentes, la prohibición de productos de antídotos, la creación de la
Comisión Técnica Consultando Plaguicidas (CTA), además de establecer la
obligación legal destinada a la aplicación de la evaluación de riesgos de estos
compuestos, tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
La evaluación del riesgo ambiental y el uso de modelos
matemáticos, son sumamente importantes, ya que permiten la evaluación de un
conjunto de escenarios cosa que no sería posible sólo a través de la
supervisión.
PRESIDENTE DILMA ROUSSEFF
PACTA CON LAS
MULTINACIONALES GENOCIDAS
PACTA CON LAS
MULTINACIONALES GENOCIDAS
La presidente Dilma Rousseff recibió a los representantes de las agroindustrias (pacto de poder entre los propietarios de tierras, el
capital financiero y las multinacionales), en una cena en el palacio
presidencial el viernes 23 de mayo.
Cerca de 40 representantes de la industria, liderada por el
senador Katia Abreu, presidente de la Confederación Nacional de la Agricultura
- CNA, pasaron el platillo para asegurar el apoyo a los representantes de los siguientes sectores: la bioenergía para el área de
procesamiento de alimentos a través de la producción de agroquímicos (leer,
liberar a la producción de venenos), maquinaria y equipo agrícola.
En el análisis de los desafíos, se han seleccionado ocho
temas: la logística, los productos agroquímicos, azúcar y alcohol, problemas
laborales (léase, la pérdida de derechos laborales), los acuerdos de comercio
internacional, crédito fiscal y las cuestiones indígenas (léase, el no
reconocimiento de los territorios indígenas).
El gobierno federal, al tiempo que reconoce " oralmente
" la importancia de la agricultura familiar y campesina, demuestra en sus
movimientos lo contrario ignorando el
desastroso legado dejado por el mismo, a saber:
Convertido a Brasil en tri campeón del mundo en el consumo
de plaguicidas;
Con el 86% de los préstamos y el 76% de la tierra produce
sólo el 60% del PIB agrícola y sólo el 30% de los alimentos para el pueblo
brasileño;
Genera graves problemas ambientales por el monocultivo, el
uso intensivo de maquinaria pesada, productos químicos y venenos;
Controla el 76% de la tierra y genera sólo el 26% de los
puestos de trabajo en el campo;
Causas de la deforestación, la degradación del suelo y la
contaminación química de las fuentes de agua y la reducción de la base genética
de alimentos de la población, entre otros.
Por todo esto, sostenemos que el reconocimiento de la
agricultura familiar y campesina debe convertirse para los gobiernos federal y estatal en acciones concretas. No sólo en discursos o políticas
compensatorias, con las políticas estructurales, como la reforma agraria,
desbancarizado del crédito, pólizas de seguro de cosechas, garantías de compra
(masivas), precios mínimos garantizados, y otras políticas públicas que
garanticen una vida digna para el pueblo el ámbito del agua y de los bosques,
etc.
La agricultura campesina se pregunta: "¿Qué es lo que Dilma y su
gobierno piensan sobre la agricultura campesina?"
MUY IMPORTANTE: POR FAVOR VEA EL DOCUMENTAL "LAS MALAS
SEMILLAS DE ARGENTINA", UNA VISIÓN
DE ARGENTINA Y LOS CAMBIOS QUE PRODUJERON LOS AGRONEGOCIOS EN LOS ÚLTIMOS 10
AÑOS, DESDE LA ÓPTICA DE LA CADENA MUNDIAL DE NOTICIAS ALJAZEERA.
DOCUMENTAL "EL MUNDO SEGÚN MONSANTO" EN ESPAÑOL Y
COMPLETO
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Lean "Plaguicidas y error tecnogenico" Alli un investigador del CONICET en 1987 denuncio esta situacion en el "Primer Congreso Internacional de Ecotoxicologia" en Buenos Aires. Informo eso al CONICET y no fue tenido en cuenta. Los evaluadores ( ninguno era Dr en ciencias agrarias) le negaron todo subsidio sin argumentos cientificos, simplemente no por que no.Llego su autor a postular una cienci apreventiva ya que ante esta experiencia( y la de muchos años anteriores) llego a la conclusion de que solo se podia prevenir el problema pero no atacarlo cuando ya existia por que toidos los cientifico sin excepcion para cuidar su lugar de trabajo lo iban a ignorar.Si el autor del trabajo mencionado hubiera sido escuchado en sus informes y estos hubieran sido canalizados alas autoridades politicas tal vez no se hubiera llegado a esta situacion lamentable.
ResponderEliminarEl investigador mencionado sufrio un indecible acoso moral para que cambiase su objeto de estudio. Alli la supuesta libertad del investigador cientifico no era tal ya que sufrio enormes presiones para que dejara de investigar el fenomeno de la tecnopatogenia . Se le ofrecieron titularidades d elas catedras que quisiera, y subsicidios cientificos impresionantes con solo una condicion: que investigara cualquier otra cosa.
ResponderEliminarEl investigador fiel a sus principios llevo el problema hasta postular una ciencia preventiva especifica la technopathogenology.
Todoe so le sirvio nada mas que para deteriorar la salud. Los colegas importantes ignoraban el problema y lo ninguneaban. Pobre idealista creo que al final todo sigue igual.
Cuando nos enseñaba el Prof Eguiazu la materia "Tecnogenia Ambiental" ya nos enseñaba la hipotesis de Preussman(Preussmann y Drckrey) sobre el efecto aditivo de bajas dosis de carcinogenos para la eclosion de la enfermedad. En el año 1987 nos decia que el efecto aditivo de dosis aun no detectables es un objeto de estudio fundamental para los cientificos honestos que se preguntan sobre el fenomeno de la Tecnopatogenia y tratan de prevenirlo. Debido a esta imposibilidad de control de las bajas dosis y la exposicion aditiva es que Eguiazu postulo la necesidad de una ciencia preventiva la technopathjogenology
ResponderEliminarTodo lo anterior esta documentado?
EliminarHay informes al CONICET?
Por que no fue apoyado Eguiazu siendo el Dr en ciencias agrarias y en la comision asesora de ciencias agrarias del CONICET que debia evaluarlo no habia ningun doctor en ciencias agrarias?
Los informes de Eguiazu al CONICET fueron evaluados por algun experto en technopathogenology?
Deseo agregar que lo indicado en este informe sobre la necesidad de transicion gradual de un modelo de agricultura a otro lo planteo el prof Eguiazu y publico en los 80 s donde establecia los tres modelos de agricultura (quimiointensivo,organico y mixto) y de la necesidad de que se orientara la agricultura regional al modelo organico. A esto tambien lo defendio en su disertacion"Manejo poscosecha y calidad final para el consumidor: necesidad de un enfoque tecnopatogenologico" en agosto del 94. No hay peor sordo que el que no quiere escuchar a las personas que con suficiente capacitacion hacen planteos criticos a favor del ser humano.
ResponderEliminarEs lamentable lo que le hiciewron al Prof Eguiazu para acallarlo. Era un profesor joven e idealista que pensaba servir a su region simplemente ayudando a controlar los riesgos no evidentes que ya habia estudiado desde sus comienzos como investigador en el año 1975, saturandose en el laboratorio con vapores de cloroformo y Aflatoxina carcinogena.Asi luego de su tesis doctoral, que fue la primera realizada por un agronomo de Argentina y en un tema de profilaxis de un carcinogeno, la Aflatoxina en una Universidad europea muy seria, fundo el INCABIE para profun dizar las investigaciones. Un dia quiso entrar en el mismo y le habian cambiado la cerradura cosa que no le hacen aqui ni a los okupas de viviendas. En el año 2002 fue brutalmente echado sin ninguna razon. Su laboratorio repartido entre los colegas interesados en sus instrumentales.Nosotros sus alumnos continuamos con la linea de investigacion.
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